jueves, 6 de enero de 2011

La fortaleza de los afrodescendientes

Para celebrar el “Año Internacional de los Afrodescendientes” propongo que todos los que somos afrodescendientes hagamos una conferencia mundial con el objetivo de… perdonar. Llevemos por escrito o en formato digital todos los informes y reportes de cuánto hemos sufrido durante siglos por ser discriminados, esclavizados y asesinados. Cuando estemos todos juntos preparemos una inmensa hoguera y en determinado momento lancemos dentro de ella toda la documentación que llevamos encima. Entonces sentémonos a reflexionar.
África sufre a pesar de su riqueza en recursos naturales pero Brasil – el último país en abolir la esclavitud y con la mayor población negra fuera de África – se ha convertido en una potencia económica bajo el liderazgo del ex - presidente Lula y el esfuerzo de millones de brasileños.
Para cambiar algo es más fácil quejarse o emplear la violencia que enfrentar el problema sin rencores.
El proyecto Plapliplo pretende enseñar a sus alumnos que nadie puede hacerles sentir inferior sin su consentimiento. Las enseñanzas de Gandhi deberían ser tan normales como el abecedario:
1. Atenerse a la verdad en cualquier circunstancia.
2. No hay lugar para el rencor ni las duras palabras.
3. Se debe mostrar una perfecta cortesía.
4. Respeto a todas las religiones.
5. Oponerse a la aplicación ciega de la ley pero respeto a las autoridades.
6. Respetar los diferentes puntos de vista y buscar apoyo con un tratamiento cortés.
7. Ser siempre francos y sinceros.
8. No aceptar ninguna forma de violencia.
¿Cómo anda nuestra identidad como afrodescendientes? ¿Hemos resuelto la parte que nos toca? Perdonemos. Repitamos lo dicho por Gandhi:
“El débil nunca puede perdonar. El perdón es el atributo del fuerte”.

miércoles, 5 de enero de 2011

El arcoiris de Cuba, la autoestima infantil y los no- negros

La revista Newsweek publicó en septiembre del año 2009, un artículo titulado: ¿Es su bebé racista?
Algunas opiniones de los lectores fueron:
*El racismo no va a desaparecer nunca.
*Los niños no nacen racistas.
El tema del racismo es siempre polémico y tiene muchas aristas. Entre los resultados obtenidos en el 2008 por Cubabarómetro se reporta que ante los problemas de discriminación racial que existen en Cuba: “los mestizos demuestran un comportamiento que intenta deslindarse de los negros y ligarse con el grupo de los blancos, en lo que los negros llegan al punto de poseer una visión negativa sobre ellos mismos”.
En la etapa infantil la autoestima comienza a formarse; cómo lo haga es muy importante en su futuro porque orienta las relaciones sociales, el desarrollo de la inteligencia, la actitud ante los problemas, etc. Es esencial que los pequeños piensen: “¡Soy genial!”, “Puedo hacerlo”…
Cualquier vía para enfrentar el racismo debe tener el componente histórico y educacional. El educador que no conozca y defienda su identidad, dudo mucho que pueda asumir la inmensa responsabilidad que significa ayudar a sus alumnos a desarrollar una elevada autoestima y reconocer por qué es cubano. No tenemos en Cuba serios problemas étnicos como sucede en diversas regiones del mundo y ni graves problemas religiosos o culturales. ¿Por qué mostrar a nuestros hijos una visión pesimista de nuestra historia? Es bueno que se les diga cómo hemos resuelto de manera satisfactoria nuestros problemas. Por citar un ejemplo, Cuba fue la última colonia de España y de una forma u otra nos las arreglamos para marchar en la delantera de América Latina.
Los niños negros o mestizos cubanos no saben a ciencia cierta que es ser negro o descendiente de negro. Según fuentes fidedignas especialistas del Ministerio de Educación y los historiadores trabajan en esa falla de nuestro sistema educativo. La elevada autoestima y la identidad son componentes esenciales del ser humano como estudiante y ciudadano.
Si a un escolar se le explica que en Cuba, cuando llegó Colón había indios, y los negros fueron traídos después como esclavos. Inconscientemente o no, se le siembra en su mente infantil la “semilla de la desgracia” de esas personas. Los alumnos no saben en ese momento, a no ser que el maestro se lo explique, y debería hacerlo, que la esclavitud y la discriminación tienen muchas formas y colores.
Nuestros niños deben aprender que negro, blanco, amarillo, verde o rojo son colores del Universo. Ellos son nuestra alegría, el arcoiris de Cuba.