domingo, 27 de marzo de 2011

La Biblioteca del Congreso No Existe

Hace unos días, interesadas en ser miembros de la ACDEI, me reuní con varias profesionales especializadas en Educación Infantil: Carecían de información actualizada referente al sistema educacional cubano e internacional, desconocen el empleo de las nuevas técnicas de computación, necesitan recursos materiales para impartir sus clases, etc. El apoyo de ACDEI fue inmediato y marchaba bien hasta que a la semana siguiente me plantean que no podían recibirme pues había una directiva del Ministerio de Educación que se lo prohíbe, tampoco les permitían recibir ayuda de ningún tipo proveniente de fuentes ajenas al Ministerio de Educación. Temían incluso por sus puestos de trabajo y familiares.

La información les había llegado por un funcionario del Ministerio de Educación, cuyo nombre se reservaron, que según me cuentan les dijo algo así: "La ley de Asociaciones existe pero no se aplica a la educación en Cuba."
Realmente me sorprendí mucho pero no soy un caso aislado. Muchas donaciones privadas a círculos infantiles del estado han sido devueltas a sus países de destino por ser "no autorizadas".

Ahora me referiré a una anécdota sobre la actitud de ciertos funcionarios del MINED.
Años atrás, la madre de una talentosa niña fue mandada a buscar por la maestra de la escuela debido al "mal examen que había hecho". La polémica prueba de Lengua Española era el pase de grado de 4to para 5to y se realizaba en presencia de maestros de otra escuela. Imaginen por un momento a esa pobre mujer, acostumbrada a escuchar que su hija tenía un dominio del idioma excepcional para su edad y de pronto la hacen abandonar sus tareas domésticas pues la niña tenía serias dificultades con el examen.

La pregunta en cuestión decía más o menos así: Escriba un texto titulado "Un paseo inolvidable".
Tal y como lo recuerdo ahora, la madre me comentó que leyó la composición de la niña y no detectó nada fuera de lo común. Buena letra, todo bien redactado. No. No estaba bien. El "famoso paseo" de la alumna había sido en la Enciclopedia Encarta durante una visita virtual a la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos. Y ese lugar, alegaban los enojados maestros a la atribulada madre: ¡NO EXISTE! Si continuaba la alumna defendiendo su redacción, no tenían más remedio que suspenderla. La propuesta era que la madre le dijese a su hija que cambiase el nombre de la biblioteca y escribiese Biblioteca Nacional, el nombre de la mayor biblioteca cubana.

El final esperado, la alumna de 8 años repitió la prueba y la visita fue a la… Biblioteca Nacional. Por suerte para todos, la pequeña pasó de grado sin mayores complicaciones para ella, aunque despertó ciertas sospechas sobre su mamá. "Seguro que fue inducida por la madre", comentaban posteriormente los educadores.
Pasó el tiempo y actualmente esos maestros son funcionarios y directivos de la educación cubana. Quizás todavía desconozcan que la Biblioteca del Congreso sí existe e imparte excelentes talleres y recursos educativos a familias, maestros y alumnos de todo el mundo si visitan su página web: http://www.loc.gov/index.html

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