sábado, 23 de abril de 2011

¡Gracias Dr. Hull! Aprendemos Geometría con Gorros de Samurai y Cabezas de Perritos del Origami


Por casualidades de la vida visité la casa de una profesora de la Universidad de la Habana y descubrí entre libros y laptops, cisnes y aviones hechos con la técnica del Origami (papel doblado). Desde hace alrededor de 5 años, los estudios matemáticos prestan una inusual atención esta antigua técnica japonesa. Sorprende que ingenieros dedicados a los paneles solares y la nanotecnología , químicos y matemáticos utilicen este arte en sus investigaciones. Se modela matemáticamente cada forma de doblar el papel. La geometría, el algebra y otras ramas de las ciencias matemáticas utilizan los ilimitados dobleces para hacer nuevos descubrimientos.
¿Quién lo diría?... El empleo popular del Origami en el mundo Occidental comenzó como arte y posteriormente pasó a las escuelas elementales. Hay artículos super bonitos de maestros de primaria que lo aplican en sus clases. De ellos he copiado algunos temas que he incorporado en las mías.

Cuando se introduce a los pequeños alumnos las figuras geométricas, normalmente se comienza por las formas elementales: triangulo, cuadrado, círculo. Me ha dado muy buenos resultados relacionar las matemáticas con el juego y la imaginación pero para enseñar geometría prefiero comenzar por los rompecabezas sencillos, el tangram (a partir de 2do grado) y en especial por el Origami.

Comienzo por repartir a mis alumnos los gorros de samuraí hechos según las reglas del Origami, aunque les agrego dos cordeles a cada uno para que se parezcan más a los originales (Japón, siglo XII) y no se les caiga a los niños de la cabeza.
A continuación les hablo de los guerreros samurais, del Japón y al hacer delante de toda el aula mi propio gorro de samurai, me lo pongo "solemnemente" y entre sorpresas y risas, les enseño hacer un perrito de Origami , mientras les describo cada figura que se forma a medida que se hace el doblez. Esta forma de trabajo es el fabuloso método de la maestra Rachel Katz con su storigami. (http://www.origamiwithrachelkatz.com). Los niños lo disfrutan cantidad. Hacen sus cabecitas, se equivocan. Piden ayuda y aprenden matemáticas sin saberlo.

Posteriormente, muestro las figuras geométricas tradicionales que ya los alumnos conocen pero que ahora redescubren de otra manera a través de su pequeña obra de arte.

Los cabezas de perritos de Origami son muy fáciles de hacer. Los trazos de su cara son muy simples. Una está sonriendo y la otra saca la lengua. Yo les digo que así nos señalan los errores mientras que el otro animalito sonrie satisfecho si se asimila bien la clase. Todos tenemos una pareja de perritos, la cual nos servirá después para aprender a sumar, restar, etc. Es muy importante que los alumnos aprendan a aceptar con naturalidad sus errores y reconozcan cuando sucede. Cada cual, empezando por mí, que de vez en cuando me "equivoco", muestran las cabecitas de los perritos a los demás según sea el caso. Mientras los niños desarrollan sus habilidades basadas en la confianza en si mismos, con el paso de los días se olvidan de las cabecitas y asumen con seriedad sorprendente que si no todo sale bien, es normal y hay que enmendar el error. No hay burlas dentro del grupo, pues todos tenemos un perrito burlón y otro sonriente que nos acompaña.

Lo mejor, creo yo, es que las palabras diagonal, cuadrado, dobla, gira y muchas otras se le introducen al alumno como jugando, cuando en realidad hay conceptos matemáticos complejos que los alumnos asumen de forma muy sencilla y efectiva.

Las Ciencias Matemáticas se acercan cada vez más al arte. ¡Mil gracias al Dr. Thomas Hull, que desde que tiene 8 años aprendió con un tío el arte del Origami! Él y Rachel Katz me han permitido demostrar a mis alumnos que mi entusiasmo por las Matemáticas está más que justificado.

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