sábado, 9 de abril de 2011

Hacen falta estudiantes de primaria que sepan pescar

Algo que considero deplorable es oir a los padres tildar a su hijo o hija de "bruto" o no muy inteligentes. Cada niño aprende a su propio ritmo. Generalmente los problemas de aprendizaje son muy diversos y no pocas veces se deben a deficientes métodos de enseñanza. No me canso de poner ejemplos de alumnos que parecían menos diestros y después fueron excelentes estudiantes en niveles superiores.
Sucede a veces que en verdad el o la alumna no comprende u olvida lo aprendido rápidamente y en esa situación es necesario detectar si tiene problemas neurológicos o sociales que los padres ocultan o desconocen. Tuve esos casos varias veces. En uno de ellos los padres eran médicos y se sorprendieron cuando les pregunté si la niña tomaba algún tipo de medicamento. Por fin me confesaron que estaba bajo tratamiento por padecer de un leve daño cerebral. Después supe que la mamá (médico, como les dije) había tenido semejantes dificultades en su carrera.
Otro dilema que confrontan los maestros es el temor de los padres cuando consideran que algún tema por no ser del grado será muy difícil de aprender por sus hijos y pudiera afectar al niño o a su nota final. La enseñanza moderna se aplica de forma personalizada. Cualquier niño normal es increíblemente diestro. Me gustaría invitarlos a que observaran atentamente los métodos educativos utilizados en Japón y China. No los apoyo totalmente pero desde muy pequeños los japoneses y chinos aprenden hacer trabajos manuales y otras técnicas que para un ciudadano occidental son cosas de adultos. La razón de su éxito consiste, a mi modo de ver, en aceptar como normal que cualquier tema puede interesar a un niño y por tanto no dudan en enseñarles pacientemente. Gota a gota, incansables.
Conozco algunos "secretos" de padres listos que pretenden presentar a sus descendientes como muy "dotados" desde "chiquiticos "cuando en realidad están preparando a los estudiantes a un régimen de estudios más intenso que el que reconocen públicamente. No me refiero a los aventajados que andan a grandes zancadas, dejando perplejos a padres, maestros y estudiantes, sino a aquellos alumnos que aparentan ser un "trofeo" de sus familias, quiénes parecen desconocer que los hijos son una bendición con o sin excelentes notas. Después se desconciertan si ven a los "casi tontos " brillar con luz propia con el paso de los años.
Si me preguntasen que es necesario para lograr el éxito escolar de un estudiante de primaria, respondería:
Máximo empleo del tiempo, buenos métodos de enseñanza, inmensa confianza en él o ella y lograr el disfrute de toda el aula, incluyendo al maestro. Con mucha motivación y alegría, detrás debe estar, omnipresente y discreta, la maravillosa disciplina que se logra con la comunicación entre alumnos y maestros.
El resultado no se hace esperar. Los estudiantes aprenden rápidamente y confían en que lo harán siempre. Son agradables las buenas notas pero prefiero en los primeros años de primaria, la habilidad adquirida y el aumento constante de las exigencias académicas.
Voy a parafrasear un proverbio chino: "A los alumnos de primaria no se les debe dar pescado un día, enséñelos a pescar y tendrán pescado toda su vida".

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