miércoles, 6 de abril de 2011

Preparación de la clase: Bajos Salarios versus Diversión y Rigor Académico

Cuando hace algún tiempo la madre de uno de mis exalumnos, le preguntó a su hijo por mí, este le comentó:
-Parece que la maestra está preparando una nueva clase. La dejé a rodeada de muchos libros y cosas nuevas.
Me hizo sonreir su comentario. Preparar una nueva clase significa para mí largas horas extras en la búsqueda de lo novedoso y divertido. La emoción es esencial en el aprendizaje de los niños pequeños. La diaria sorpresa de los pequeñines es la mejor recompensa a mi trabajo.
Cuando diversas generaciones hablan de algo tan aparentemente simple como las tablas de multiplicar o la redacción en el idioma de Cervantes, me complace oírles decir que conmigo cada grupo lo aprendió con recursos diferentes ¡Algunos hasta se ponen celosos! Ya comenté en post anteriores de donde obtengo la mayoría de los recursos: materiales reciclables, recetas caseras, solicitudes de apoyo a padres y amigos, y mi propio dinero, poco y multiplicado por obra y gracia de Dios.
Disfruto y sufro a la vez al preparar las clases. Sobre todo si no alcanzo a descubrir cómo lograr el avance necesario de todos mis alumnos. Lo que funciona para uno, quizás no sea tan efectivo para otro. Entonces no puedes permitirte que se detengan los que avanzan y debes impulsar a los más retrasados con nuevos métodos y recursos. El rigor académico de cualquier asignatura es vital, pero la búsqueda de lo novedoso y bello debería ser objetivo inseparable de cualquier maestro de primaria.
Suspiro profundo. Es difícil ser una soñadora empedernida. Una vez gané 50 pesos vendiendo bizcochos y los gasté en gomas de borrar pues eran de la mejor calidad y estaban, según mi criterio, muy baratas.
La mayoría de los maestros de primaria cubanos se quejan de sus salarios. No les falta razón. Un salario mensual de maestro equivale a alrededor de $ 20 USD. Con todo y eso se pueden encontrar admirables profesionales de la enseñanza pre-escolar y primaria haciendo maravillas de la nada. Lamentablemente no son la mayoría; lo cual es una pena, porque hasta hace unos años, cuando los pequeños cubanos viajaban a otros países acompañando a sus padres, se destacaban rápidamente por sus conocimientos y notas escolares. Ahora la historia es muy diferente.

1 comentario:

Unknown dijo...

Completamente de acuerdo.