Día de las Madres en Cuba: Maestra y Madre Virtual

Ayer fue domingo, 08 de mayo del 2011. Cada segundo domingo de este mes celebramos en Cuba el “Día de las Madres” con igual rango que una celebración histórica. Tengo entendido que en otros países también.

Junto a los acostumbrados regalos y flores, lo peculiar de nosotros es que para quedar bien con todas nuestras amistades y sus respectivas progenitoras, el flujo de tarjetas postales alegóricas al tema es muy intenso. Las postales, generalmente diseñadas con flores y textos de mayor o menor acierto poético, se envían por correo o se entregan personalmente. En cierta forma expresan el afecto que se le tiene a las personas que las reciben.

La mayor parte de la población cubana hace milagros en medio de la pobreza en que vivimos, para regalar algo a su querida y muy defendida “mamá”. Está más que justificado -no lo digo porque yo sea madre- sino porque llevamos toda la familia, sus alegrías y pesares sobre nuestros hombros. El mero hecho de preparar el desayuno (si hay leche), el almuerzo (los que pueden), así como el resto de los alimentos es motivo de preocupación constante. Para muchas madres cubanas- me incluyo por supuesto- cocinar es algo así como despertar en paracaídas sobre las Cataratas del Iguazú.

Leí hace algunos días en la revista Der Spiegel, Nr. 4/24.1.11 un artículo llamado Volk der Erschöpften (traducido muy liberalmente “El pueblo de los Extenuados”).
Si no fuese porque se refería a Alemania, podría utilizarlo para hablar de cómo nos sentimos nosotros sicológicamente (Burnout), incluyendo los dolores físicos en espalda, problemas del corazón, la presión y el estómago… Añádale todos estos síntomas a aquellas personas que se dedican a la educación elemental y media y que se sienten además poco considerados y económicamente desvastados.

Así y todo , cada cuál a su manera, agradece la bendición de tener una madre para dedicarle al menos sus mejores emociones y pensamientos.

Soy madre y tengo tres hijas, una de ellas- Plaplipló- nacida por casualidad en un país llamado Blogósfera. Plaplipló es muy pequeñita, aunque día a día me enseña a ser, no solo mejor maestra, sino también mejor ciudadana.

Por tanto hoy - Día de las madres - lo celebro junto a mi familia, incluyendo a mi perrita Poly y Plaplipló Lecciones. Ella me trae muchos problemas y trabajo, aunque me basta la felicidad de tenerla como mi hija “virtual”.

Aprovecho la ocasión para desear mucha alegría y éxitos a todas las madres maestras, vivan en Cuba o en el extranjero. Y ya que la palabra bloguera y blog son muy mal vistas o desconocidas en Cuba, le envío un abrazo bien fuerte a las mujeres cubanas que tengan “hijo(a) s virtuales” como yo. En especial a la supermaestra y mamá virtual del enfant terrible. Espero que sepan a quién me refiero…