La Triste Ausencia de los Poemas Haiku

Se enseña poca poesía en la escuela primaria cubana. Es una extraña carencia en un país romántico y expresivo como el nuestro. Esporádicamente se leen en clases algunos poemas de José Martí, Nicolás Guillen... Todavía espero que se publique un librito de haikus dedicado a los alumnos de la escuela elemental.

Los haikus, breves poemas japoneses de tan solo 17 sílabas, se caracterizan por su intensidad y las emociones que expresan. Internacionalmente gozan de gran popularidad. Grandes voces de la lengua española como José Ramón Jiménez, Octavio Paz, y Mario Benedetti han escrito en algún momento poemas haiku. No obstante la mayoría de nuestros chicos y chicas desconocen la belleza y expresividad de la poesía japonesa. ¿Hay mejor forma de hablar sobre una rana que los siguientes versos?

Rana verde.
Reluciente
¿Estás recién pintada?
(Riuunusuke)

Un viejo estanque:
Se zambulle una rana.
Ruido de agua
(Basho)

No es difícil explicar a un alumno la maravilla de la naturaleza si antes ha leido este haiku:

El ciruelo de mi cabaña;
no pudo evitarlo,
floreció.
(Issa)

Existen al menos cinco razones por las cuáles los niños y niñas deben escuchar, escribir y aprender poemas.

1. La poesía ayuda, desde edades tempranas, al mejoramiento de la habilidad lectora.

2. Desarrolla habilidades muy útiles para redactar textos.

3. Acelera la adquisición de nuevas palabras y perfecciona los conocimientos gramaticales.

4. Enseña a los pequeños alumnos a ser concisos. Además de ser una forma adecuada de expresar emociones y sentimientos.

5. En investigaciones del cerebro se ha observado que mientras se escuchan poemas el cerebro trata de identificar patrones de ritmo y expresión.

Cualquier maestro conoce la importancia de enseñar con buenos y diversos textos; sin embargo, año tras año repiten las mismas clases. Ciertos colegas se justifican mencionando el escaso tiempo disponible para prepararlas... Ellos hablan mientras yo, en silencio, recuerdo la estrofa de Mario Benedetti:

“Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas... “